jueves, 8 mayo 2025
Por: Miguel Angel Trujillo
Los cigarrillos electrónicos, conocidos como vapers, están bajo la lupa por sus potenciales riesgos para la salud, incluyendo sustancias cancerígenas y problemas pulmonares.
Los vapers, dispositivos electrónicos que simulan el acto de fumar, están ganando popularidad en Colombia, especialmente entre los jóvenes. Aunque se venden como una alternativa más segura al cigarrillo convencional, investigaciones recientes sugieren que estos aparatos podrían no ser tan inofensivos como se piensa. Calientan un líquido que contiene nicotina y otros químicos para crear un vapor que los usuarios inhalan, exponiéndolos a sustancias potencialmente dañinas.
Aunque los fabricantes de vapers a menudo promocionan sus productos como libres de tabaco y menos perjudiciales, estudios han encontrado que el aerosol producido por estos dispositivos contiene formaldehído, un conocido agente cancerígeno, y diacetilo, que ha sido vinculado a enfermedades pulmonares graves. Además, la presencia de nicotina, altamente adictiva, puede afectar el desarrollo cerebral en los adolescentes, impactando la memoria y la capacidad de concentración.
El riesgo de explosiones debido a fallos en las baterías de los vapers añade otra capa de preocupación. Ha habido múltiples reportes de incidentes donde los dispositivos han explotado, causando lesiones graves. Este tipo de eventos pone en evidencia la falta de regulación y control de calidad en la fabricación de estos productos.
A pesar de que algunos usuarios los consideran una herramienta para dejar de fumar, la FDA no ha aprobado los cigarrillos electrónicos como método seguro y efectivo para cesar el hábito tabáquico. Los expertos en salud recomiendan precaución y sugieren evitar su uso hasta que haya más evidencia sobre sus efectos a largo plazo. El llamado es a proteger la salud pública y a tomar decisiones informadas sobre productos que podrían comprometer seriamente la salud.
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