Por: Miguel Angel Trujillo

Álvaro Uribe Vélez, expresidente de Colombia, criticó duramente a la fiscal de su caso durante un juicio por manipulación de testigos, alegando que su objetivo es político.

En un dramático giro durante la audiencia del 22 de mayo de 2025, Álvaro Uribe Vélez confrontó el proceso judicial en su contra, acusando a la fiscal encargada de tener motivaciones políticas en lugar de buscar la justicia. El expresidente, enfrentando cargos por presunta manipulación de testigos, defendió su inocencia con vehemencia, sugiriendo que las acciones de la fiscalía estaban diseñadas para perjudicarlo.

Álvaro Hernán Prada Artunduaga, quien también está implicado en el caso, tomó el estrado para ofrecer su testimonio. Prada, exrepresentante a la Cámara y ahora magistrado del Consejo Nacional Electoral, declaró durante más de seis horas, negando cualquier acto ilegal y expresando su apoyo incondicional a Uribe. Resaltó la integridad y el respeto que siente por el expresidente, desmintiendo acusaciones previas hechas por otros testigos sobre posibles intentos de retractación.

El testimonio de Prada se centró en desacreditar las afirmaciones de Carlos Alberto López Callejas, conocido como Caliche, quien había implicado a Uribe en conversaciones para influir en el testimonio de Juan Guillermo Monsalve. Según Prada, estas alegaciones son completamente falsas y forman parte de una estrategia para ensuciar la reputación de Uribe.

Este caso ha capturado la atención nacional e internacional, no solo por involucrar a una figura tan prominente como Uribe sino también por las implicaciones que tiene sobre la justicia y la política en Colombia. La acusación de Uribe hacia la fiscal refleja una profunda desconfianza en el sistema judicial, sugiriendo que el proceso podría estar siendo manipulado por intereses políticos adversos. Esto plantea serias preguntas sobre la imparcialidad y la efectividad de la justicia en casos de alta relevancia política.