Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

Charlie Engman revoluciona el arte con imágenes de IA que exploran lo inquietante y lo surrealista, capturando la atención global.

Desde Brooklyn, Nueva York, el fotógrafo y director Charlie Engman ha tomado al mundo por sorpresa al integrar de manera intencional las fallas de la inteligencia artificial en su arte. Utilizando plataformas como Midjourney, Engman ha creado imágenes que, aunque perturbadoras, han capturado la fascinación de la audiencia global. Este enfoque ha alcanzado su clímax en 2023 con la publicación de su libro "Cursed", donde explora los límites visuales y conceptuales de la IA.

Engman, conocido por su trabajo visual experimental, ha colaborado estrechamente con herramientas de IA generativa para producir obras que desafían nuestra percepción de lo humano y lo digital. En una entrevista con CNN, describió su fascinación por cómo la IA "descompone" lo humano y lo representa de formas nuevas y viscerales, utilizando errores como dedos de más o rostros distorsionados para profundizar en el simbolismo y la estética del error digital.

El auge de las imágenes generadas por IA entre 2022 y 2023 ha sido notable, con plataformas como DALL·E y Stable Diffusion que también han jugado un papel crucial en este movimiento. Estas herramientas han permitido a artistas como Engman explorar y manipular las imperfecciones generadas por la IA, transformando fallos anatómicos en elementos de expresión artística. Las imágenes resultantes no solo se han vuelto virales por sus peculiaridades, sino que también han servido como un comentario visual sobre la intersección entre lo humano y lo artificial.

Este fenómeno ha abierto una nueva dimensión en el arte visual, donde lo que inicialmente eran errores se ha convertido en una forma de lenguaje visual distintivo de la IA. Artistas como Engman han sabido capitalizar estas imperfecciones, explorando su potencial inquietante y simbólico para cuestionar nuestra relación con la realidad, el cuerpo y la tecnología. La publicación de "Cursed" no solo destaca los límites de la inteligencia artificial, sino también los de nuestra propia percepción, marcando un punto de inflexión cultural en cómo elegimos interpretar y utilizar los errores de la IA para contar nuevas historias visuales.