Por: Miguel Angel Trujillo

El samán de Guacarí, inmortalizado en la antigua moneda de 500 pesos colombianos, sigue siendo un símbolo de orgullo y conservación ambiental. Visítalo y vive la historia natural del país.

En el corazón de Colombia, un árbol de samán se erige no solo como un gigante natural, sino también como un ícono cultural. Este árbol, que adorna la antigua moneda de 500 pesos, se encuentra principalmente en Guacarí, Valle del Cauca. Según el Banco de la República, el diseño de la moneda busca honrar los esfuerzos de conservación de este monumental árbol, destacando la importancia de la ecología y la preservación del medio ambiente en el país.

El samán no solo es venerado en Guacarí. En Hispania, Antioquia, la comunidad local celebra anualmente las Fiestas del Samán. Este evento no solo refuerza la identidad cultural del municipio, sino que también promueve la conciencia ambiental entre residentes y visitantes. Durante las festividades, el samán se convierte en el centro de actividades educativas y recreativas que atraen a turistas de todo el país.

La historia del samán de Guacarí se remonta a varias décadas atrás, cuando fue reconocido por su imponente presencia y su papel en el ecosistema local. Su inclusión en la moneda de 500 pesos en los años noventa marcó un hito en la representación de la biodiversidad colombiana en la numismática nacional. Hoy, el árbol no solo es un punto de encuentro, sino también un símbolo de la lucha contra la deforestación y el cambio climático.

El interés continuo por el samán de Guacarí y su representación en una moneda nacional subrayan la conexión entre cultura, historia y conservación ambiental en Colombia. Este árbol no solo es un testigo de la historia, sino también un recordatorio de la responsabilidad que tenemos para con nuestro entorno. La preservación de tales íconos naturales es crucial para mantener la rica biodiversidad del país y para educar a las futuras generaciones sobre la importancia de la sostenibilidad ambiental.