Por: Katherine Cruz

Este martes, Guadalajara de Buga fue el epicentro de la justicia regional con la inauguración de la nueva sede de la Fiscalía General, prometiendo una era de servicios unificados y atención mejorada para más de 133.000 ciudadanos. Un paso gigante hacia la eficiencia.

Guadalajara de Buga fue testigo este martes 4 de noviembre de 2025 de un hito trascendental para la administración de justicia en la región. La Fiscalía General de la Nación abrió las puertas de su flamante nueva sede, un espacio diseñado para revolucionar la atención a los ciudadanos. Más de 133.000 habitantes de Buga y municipios aledaños verán por fin centralizados los servicios judiciales, prometiendo agilizar trámites y combatir la impunidad.

El evento estuvo engalanado por la presencia de figuras clave en el panorama judicial y político. La fiscal general de la Nación, Luz Adriana Camargo Garzón, lideró la ceremonia, acompañada por la alcaldesa de Buga, Karol Vanessa Martínez Silva, y la presidenta del Tribunal Superior, María Patricia Balanta Medina. Durante su intervención, Camargo Garzón enfatizó el compromiso de la entidad: “Queremos que la Fiscalía sea empática en la forma como atiende a las personas, que encuentren funcionarios dispuestos a escuchar”.

Ubicada estratégicamente cerca del icónico Parque Cabal, la imponente estructura albergará a 91 funcionarios, distribuidos en 34 despachos fiscales. Entre ellos, 14 fiscales locales, 16 seccionales, 5 especializados y 2 delegados ante el tribunal, garantizando una cobertura exhaustiva para diversas tipologías delictivas. Además, el nuevo complejo integra dependencias vitales para las víctimas, como Caivas, Cavif y la Uenna, prometiendo un abordaje coordinado y humano para quienes buscan justicia.

Esta inversión millonaria representa una clara apuesta por fortalecer la infraestructura institucional y, sobre todo, ampliar las capacidades de atención a las víctimas de delitos. La nueva sede no es solo un edificio, sino el símbolo de una nueva era para la justicia bugueña, donde la eficiencia y la humanidad se entrelazan para reconstruir la confianza ciudadana. Se espera que este paso impulse una reducción significativa en los tiempos de respuesta y una mayor efectividad en la persecución de crímenes, marcando un antes y un después en la seguridad y el bienestar de la comunidad.