Por: karol Yulieth Lopéz león

Balacera contra el Representante a la Cámara Julio César Triana en la vía La Plata-Neiva. El congresista y su escolta resultaron ilesos tras un ataque a tiros el miércoles.

El miércoles 13 de agosto, el Representante a la Cámara por el Huila, Julio César Triana, sufrió un atentado en la vía que conecta La Plata con Neiva, a la altura del municipio de Paicol. El hecho ocurrió aproximadamente a las 6:00 p.m., cuando el congresista regresaba de una agenda con comunidades de la zona. El ataque, perpetrado por varios hombres armados, generó conmoción en la región y revivió el debate sobre la seguridad de los líderes políticos en zonas con presencia de grupos armados.


En el vehículo blindado, además del congresista, viajaban tres policías, un integrante de la Unidad Nacional de Protección (UNP) y un miembro de su Unidad de Trabajo Legislativo (UTL). Afortunadamente, gracias a la rápida respuesta de los uniformados, todos salieron ilesos del tiroteo. Triana agradeció públicamente a Dios, la Virgen María y a los miembros de la fuerza pública por su oportuna intervención. "Agradezco la pronta acción de la Policía y el Ejército tras el ataque, y reitero mi llamado al Gobierno Nacional para que garantice la seguridad de todos los miembros de la oposición", afirmó el congresista.


El ataque se produjo cuando los hombres armados intentaron detener el vehículo del congresista. Ante la negativa de éste a detenerse, los atacantes comenzaron a disparar con fusiles y pistolas 9 milímetros, impactando la camioneta en al menos ocho ocasiones. La reacción inmediata de los escoltas repelió la agresión, lo que evitó una tragedia. Las autoridades iniciaron inmediatamente la investigación para identificar y capturar a los responsables.


Este atentado contra el Representante Triana evidencia la preocupante realidad que enfrentan los líderes políticos en zonas con presencia de grupos armados ilegales. El hecho reaviva el debate sobre la necesidad urgente de implementar medidas de seguridad más efectivas para proteger a quienes ejercen su labor política en regiones de alto riesgo, garantizando así el ejercicio pleno de la democracia y la integridad de todos los líderes de la oposición. La falta de seguridad genera un clima de miedo e inestabilidad, que podría afectar la participación política en la región.