viernes, 6 junio 2025
Por: Bryan Steven Cardona Ciceri
Un gigante de la música colombiana llegó al mundo un 6 de junio de 1929. Jorge Augusto Villamil Cordovez, médico y compositor, dejó una huella imborrable en la música del Huila y Colombia, con más de 200 canciones que aún retumban en nuestros corazones. Su legado, sin embargo, tuvo un final triste el 28 de febrero de 2010.
En la pintoresca Hacienda El Cedral, cerca de Neiva, el 6 de junio de 1929, vino al mundo un niño destinado a convertirse en un ícono cultural. Su nacimiento, un evento aparentemente común, marcó el inicio de una carrera musical excepcional que cautivaría al país. El pequeño Jorge Augusto no sabía entonces que su nombre resonaría por generaciones.
Villamil Cordovez, además de su prolífica carrera musical, ejerció como médico traumatólogo. Esta faceta poco conocida refleja la versatilidad de este personaje, un hombre que con su arte y su ciencia alivió dolores tanto físicos como emocionales. Su doble vocación demuestra una pasión por la vida y el bienestar ajeno.
La música de Villamil Cordovez, llena de la magia del paisaje huilense, nos transporta a los guaduales, a los ríos impetuosos y a la belleza de la mujer colombiana. Canciones como “Espumas”, “Llamarada”, “Los Guaduales” y “Me llevarás en ti” son solo algunas de las joyas que dejó este excepcional artista para la posteridad. Su música se convirtió en un símbolo de identidad regional.
La partida de Villamil Cordovez en 2010 en Bogotá, dejó un vacío profundo en el panorama musical colombiano. Su legado, sin embargo, sigue vivo en cada nota, en cada verso que evoca la belleza de nuestra tierra. La memoria del médico compositor perdura, como un canto a la vida y a la pasión por el arte y la medicina. Su influencia en la música regional continúa inspirando a nuevas generaciones de artistas.
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